Seis países del bloque, entre ellos Alemania e Italia, buscan que las aplicaciones funcionen sin problemas a través de sus fronteras.
Seis países de la Unión Europea (UE) comenzaron a probar tecnología para vincular las apps nacionales de rastreo de casos de coronavirus en toda Europa, mientras una segunda ola de infecciones de Covid-19 amenaza al continente.
República Checa, Dinamarca, Alemania, Irlanda, Italia y Letonia son las primeras naciones que comenzaron a probar los nuevos enlaces entre sus servidores de aplicaciones de rastreo, anunció el lunes la Comisión Europea (CE, órgano ejecutivo de la UE).
El nuevo sistema «garantizará que las aplicaciones funcionen sin problemas también a través de las fronteras», señaló el ejecutivo de la UE.
«Los usuarios sólo necesitarán instalar una aplicación en sus teléfonos móviles y aún podrán informar una prueba de infección positiva o recibir una alerta sobre coronavirus, incluso si viajan al extranjero«, agregó la CE.
Bruselas está tratando de coordinar las 27 capitales de la UE en su búsqueda de mecanismos para rastrear a las víctimas de la epidemia y controlar mejor los nuevos brotes.
Pero varios estados miembros siguieron adelante con sus propias apps móviles de rastreo de contactos con coronavirus que no son totalmente compatibles entre sí, lo que obstaculiza los esfuerzos para monitorear la propagación de la enfermedad.
Países como Francia y Hungría, que crearon un conjunto centralizado de datos, difícilmente puedan participar en el sistema de la UE.
Pero aplicaciones como las que se utilizan en 18 miembros de la UE, incluidos Alemania, Polonia e Italia, podrían sumarse.
Estas aplicaciones utilizan un modelo de almacenamiento de datos descentralizado del tipo promovido por los gigantes estadounidenses Apple y Google, mientras que la aplicación StopCovid de Francia tiene un servidor central.
«Los viajes y el intercambio personal son el núcleo del proyecto europeo y del mercado único», dijo Thierry Breton, Comisario de Industria de la UE.
La tecnología fue desarrollada por el gigante de software alemán SAP y la subsidiaria de Deutsche Telekom, T-Systems.