El 1° de abril de 1982, menos de un centenar de integrantes del grupo de elite de la Armada Argentina -los llamados Comandos Anfibios- ingresaron subrepticiamente al territorio de las Islas Malvinas.
Su misión era recuperar el control de las mismas, ocupadas desde hacía casi dos siglos (1833) por el Reino Unido, y dar así la señal de inicio a la denominada Operación Rosario.
Aunque la Junta Militar había planificado originalmente sus operaciones para mediados de mayo, luego se decidió su adelantamiento y la orden de ejecución definitiva se dio el 26 de marzo.
Dos días después, las fuerzas argentinas zarparon de Puerto Belgrano a bordo del ARA Santísima Trinidad con el apoyo del portaviones 25 de Mayo.
Las fuerzas británicas en aquel momento eran de 70 infantes de marina y 40 milicianos.
El 1 de abril, a las 21:18, el primer grupo de botes se desprendió del ARA Santísima Trinidad: 84 comandos anfibios y buzos tácticos bajo el mando del capitán de corbeta Guillermo Sánchez Sabarots.
A las 22:45, el grueso de la Agrupación de Comandos Anfibios salió del buque en 19 embarcaciones destacándose, inmediatamente, el destructor en su zona de patrullado.
Desembarcaron en Mullet Creek sobre las 23:00. Otro grupo de buzos tácticos, provenientes del ARA Santa Fe, desembarcó para colocar balizas de radionavegación y ocupar el faro Cabo San Felipe.
Cuando fueron detectados por el radar de navegación del buque costero Forrest, se iniciaron las hostilidades.
A las 23:40, en la zona del aeropuerto se observó una bengala verde y, al poco tiempo, fue apagado el faro San Felipe.
El grupo de Comandos Anfibios debía tomar el cuartel de los Royal Marines británicos apostados en la isla, además de la casa del gobernador Rex Hunt. La misión se extendió durante varias horas, incluyendo la ocupación del Town Hall.
Luego de un combate, los militares argentinos cumplieron esa misión. Raúl Ortiz fue uno de los integrantes de aquel grupo de elite que estuvo en la casa del gobernador. Y esta es la historia de cómo se desarrolló la misión.
