El oficialismo aprobó este jueves en el Senado el proyecto que modifica el funcionamiento y la integración del Consejo de la Magistratura. Aunque la Cámara Alta le dio media sanción a la iniciativa, el futuro es incierto sobre lo que pasará luego en Diputados.
La reforma que deja fuera a la Corte Suprema del organismo encargado de seleccionar y sancionar a los jueces fue aprobada por 37 votos afirmativos, 33 en contra y 0 abstenciones.
Acompañaron a la bancada oficialista la misionera Magdalena Solari Quintana y el rionegrino Alberto Weretilneck, que la semana pasada logró introducir modificaciones al proyecto del Gobierno para reformar el Consejo.
La iniciativa pasó a la Cámara de Diputados. Sin embargo, según indicaron fuentes parlamentarias a TN, el oficialismo no tiene por ahora garantizado el respaldo para aprobarla en el recinto de la Cámara Baja. Es más, ni siquiera están conformadas las comisiones que deberían darle previamente dictamen al proyecto.
Pero existe otro problema. El Congreso está obligado a sancionar una nueva norma que modifique la composición del Consejo de la Magistratura por un fallo de la Corte Suprema, que declaró inconstitucional la ley del 2006 -impulsada por Cristina Kirchner entonces como senadora- que redujo el número de miembros del organismo de 20 a 13, alteró el equilibrio de sus integrantes, y le dio mayor peso a los representantes de la política.
El máximo tribunal otorgó 120 días para realizar cambios en la composición del Consejo y el plazo vencería el próximo 15 de abril. De no cumplirse con la fecha, el organismo quedaría inhabilitado para firmar resoluciones y se vería obligado a retomar la integración que tenía hasta el 2006, incluyendo a un integrante de la Corte Suprema.
Por su parte Alberto Weretilneck, el senador de Juntos Somos Río Negro que acordó con el oficialismo, criticó fuertemente a la oposición: “Hay muchos que pensaban una cosa y ahora otra. Puedo decir lo mismo de Cambiemos. ¿Cuál es el Cambiemos que habla en serio? ¿El de hoy o el que hablaba en 2017? El gobierno de Cambiemos pregonaba la independencia judicial. Entonces, ¿cuál es la verdad? ¿La Corte en aquel momento era una Corte mala y la Corte actual es buena por eso hay que tenerla en la Magistratura?”.
“¿De qué les sirvió al oficialismo apostar al disciplinamiento y no a la idoneidad?. La idoneidad es un verdadero salvataje para todos”, dijo Luis Naidenoff y anticipando su voto negativo, agregó: “Vamos a terminar con un nuevo fracaso del Senado”.
Alfredo Cornejo, senador de Juntos por el Cambio, planteó que “hay jueces que el poder político debería echar”. Fundamentó que “no por sus fallos específicos en una determinada causa, sino por su pésimo funcionamiento, vinculados con la falta de transparencia y la corrupción”.
Con Cristina Kirchner en el recinto, Anabel Fernández Sagasti fue la última oradora y disparó contra la oposición, enumerando los proyectos que había presentado años atrás Juntos por el Cambio que contradicen su posición actual.
Reforma del Consejo de la Magistratura: qué dice el proyecto que quiere aprobar el oficialismo
La semana pasada, como no contaba con los votos suficientes para ir al recinto, el Frente de Todos abrió el proyecto para introducir cambios acordados con el senador aliado Alberto Weretilneck, de Juntos Somos Río Negro.
Juntos por el Cambio presentó su propio proyecto, en el que propone que el Consejo de la Magistratura vuelva a tener 20 miembros y sea el presidente de la Corte Suprema quien conduzca el organismo.
Weretilneck aceptó dejar de lado a la Corte, que figuraba en el artículo 1 de su iniciativa, en coincidencia con el FdT, a cambio de que se introduzcan los cambios que le otorgan mayor “federalismo” a la integración del Consejo, con representantes de las distintas regiones del país. También establece que el organismo sesione al menos una vez por trimestre en las distintas Cámaras Federales del interior.
Pese a los cambios, el núcleo del proyecto oficialista quedó igual: se establece un Consejo con 17 miembros y no incluye representación de la Corte Suprema, que el Gobierno mira cada vez con mayor desconfianza.


















































