A través de la narrativa, intentaremos destacar acontecimientos históricos. Para ello, hemos accedido a distintas fuentes de información, desde los relatos de personas, documentos escritos, imágenes y objetos, que dan cuenta de nuestra historia, la de San Pedro de Jujuy. Nuestro intento es compartir hechos pasados y vividos, para que no se pierdan en el tiempo.
Guillermo Paterson conoce a Charle Nicolle en 1925, cuando el sabio francés realizaba una gira de exploración sanitaria por el noroeste de nuestro país en compañía de Salvador Mazza. El investigador galo tuvo palabras de elogio para la obra que llevaba adelante el médico inglés.
Posteriormente, Salvador Mazza funda la Sociedad Argentina de Patología Regional del Norte, con distintas filiales en las provincias del noroeste. Paterson fue un asiduo colaborador, e integró como presidente la primera seccional de la provincia de Jujuy, honor que le dispensaron los colegas argentinos y que el médico inglés siempre agradeció. Fue la primera sociedad médica científica de la Provincia.
En 1928 el edificio del viejo Hospital La Esperanza resultaba pequeño para la atención de los empleados, obreros y sus familiares. Por ello, el nosocomio fue trasladado a un local más amplio y es el que ocupa en la actualidad. Paterson pudo contar entonces con un laboratorio más grande que ocupaba toda una sala.
Cuando se fundó la Misión de Estudios de Patología Regional Argentina (MEPRA) en los aledaños de la ciudad de San Salvador de Jujuy, que era un laboratorio de extensión de estudios de la Universidad de Buenos Aires, sus consejos sobre su organización fueron muy tenidos en cuenta.
Si bien la MEPRA se funda en 1926, se instala en nuestra provincia el 25 de agosto de 1929, en la Universidad Nacional de Jujuy. En ella se escribieron 551 publicaciones, siendo 482 realizadas por Salvador Mazza. Tuvo su sede central en Jujuy, y funcionó en el famoso “E.600”, un laboratorio y hospital móvil instalado en un tren ferroviario. De este modo tal institución pudo trasladarse por la extensa red ferroviaria argentina llegando incluso a Bolivia y Chile.
El 27 de julio de 1943, el doctor Paterson cumplió sus bodas de oro en la medicina. El acontecimiento fue festejado con una cena en el Rotary Club de San Pedro de Jujuy, del cual era miembro honorario. Asistieron representaciones médicas de las ciudades de Jujuy y Salta y del Departamento Nacional de Higiene. Paterson en su discurso agradeció tal reconocimiento2, expresando que se hallaba “dispuesto a recibir otra invitación semejante en 1968, cuando cumpliría las bodas de diamante.
Iniciado en la Francmasonería, rito escocés, durante su vida de estudiante universitario, continuó desarrollando estas actividades cuando se radicó en Tucumán, donde militó como miembro de la Liga Estrella de Tucumán Nº 71. Más tarde, el 30 de agosto de 1918, se constituyó en uno de los fundadores de la Liga Vanguardia del Norte Nº 331 de San Pedro de Jujuy, a la que presidió por varios períodos y de la que llegó a ser Gran Maestre.
La Masonería del Rito Escocés busca ayudar a la humanidad en su búsqueda de identidad y destino en el universo de Dios; producir hombres más sabios en un mundo más sabio, hombres más felices en un mundo más feliz y, por lo tanto, mejores hombres en un mundo mejor; y promover la dignidad de cada persona y la humanidad en todas las actividades.
Guillermo Cleland Paterson fue amante de la música desde muy pequeño, fue un eximio ejecutante de violín y armonio. Asimismo, tocaba la bandurria y la guitarra, a las que acompañaba con canciones en inglés y castellano. Cultivó también otras disciplinas como la astronomía y la parasicología.
Fue autor de 20 trabajos científicos referentes a enfermedades infecciosas, paludismo, “leishmaniasis” y enfermedad de Chagas y sus agentes vectores. Muchos aspectos de ellos se trataban por primera vez en la ciencia. Con justicia se lo debe considerar el padre de la patología regional argentina, es decir, el estudio de las enfermedades en su vinculación con la geografía, ya que fue el iniciador de esta disciplina en el país.
Estaba casado con Carmen Valdez, de cuyo matrimonio nacieron cuatro hijos: Inés, Raúl, Humberto y Esther Agueda.
Falleció a los 75 años de edad, el 26 de marzo de 1946 en La Esperanza. Su tumba -de mármol rodeada de cadenas- se hallaba en el cementerio Cristo Rey de San Pedro de Jujuy, por gestión del entonces intendente Juan Carlos Taché y la enfermera Ester, esposa del doctor Jobino Sierra e Iglesias, los restos fueron trasladados al patio interno del hospital que lleva su nombre, donde yace en la actualidad.
Foto: El famoso “E.600”, un laboratorio y hospital móvil instalado en un tren ferroviario
Bibliografía: Diccionario General de la Provincia de Jujuy de Antonio Paleari