El Senado de la Nación aprobó pasada la medianoche el proyecto de Reforma Judicial impulsado por el Gobierno nacional, con holgura: por 40 a 26. Ahora la iniciativa pasa a la Cámara de Diputados, donde el panorama no será tan fácil como en la cámara alta.
El proyecto, titulado “Organización y competencia de la justicia federal con asiento en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en las provincias”, recibió duras críticas por parte de la oposición.
Tras más de diez horas de debate, el Frente de Todos apoyó una modificación propuesta por el senador Oscar Parrilli para excluir la palabra mediáticos del artículo que obliga a los jueces a denunciar presiones de grupos de poder, un punto que no había sido incluido en el proyecto original del Poder Ejecutivo.
En el final de la sesión, el oficialismo a través de la senadora Anabel Fernández Sagasti, denunció amenazas a través de la red social twitter contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner por promover la reforma judicial e intimidaciones contra los senadores que apoyaron el proyecto aprobado.
Los contrapuntos
Los argumentos de la oposición giraron en torno a que no se trata de una propuesta que «resuelva el acceso a la justicia del ciudadano común» sino que «busca garantizar impunidad».
El senador de Cambiemos por la Capital Federal Martín Lousteau declaró que «esta no es una reforma de la justicia que busque beneficie a los ciudadanos cotidianamente para resolverles sus problemas en medio de la pandemia de coronavirus», sino una «reforma de la justicia que mal utiliza la política para asegurarse impunidad o para crearle problemas a otros, los opositores».
Fuente: El Tribuno de Jujuy