Cada 1° de agosto se celebra el Día de la Pachamama, tradición ancestral, herencia de los pueblos originarios, cuyos homenajes a la “Madre Tierra” se extienden durante todo el mes.
La Pachamama, o Madre Tierra, es una deidad venerada por ser generadora de la vida, símbolo de fecundidad por su capacidad para producir y proteger plantas, animales, alimentos y otros medios de subsistencia del ser humano.
La «Corpachada», como es llamada la ceremonia de alimentar a la Pachamama, es un ritual consagratorio. En un pozo, que representa la boca de la Madre Tierra, se entregan las ofrendas, acompañadas de agradecimientos, rezos y pedidos para todo el año.
La ofrenda es una manera simbólica en la cual el hombre devuelve a la Pachamama lo que ha tomado de ella, con el fin de restablecer la reciprocidad entre el ser humano y la naturaleza.
Desde el primer día de agosto, en toda la provincia se comienza a percibir el aroma a sahumerios e incienso, celebrando la vida, sahumando y limpiando de energías negativas.