El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien está infectado por el nuevo coronavirus, recibió este domingo a algunas centenas de simpatizantes en los jardines del Palacio da Alvorada, la residencia presidencial, y llegó a aproximarse a pocos metros de sus seguidores.
Antes del rito diario de la arriada de la bandera al final de la tarde por parte de la Guardia Presidencial, Bolsonaro salió de la residencia y se dirigió hasta sus seguidores, que estaban durante varias horas en las afueras del palacio en una vigilia convocada por líderes evangélicos para pedir por la salud del mandatario.
Separado por un espejo de agua de poco más de dos metros, el gobernante recorrió el extenso césped en donde estaban aglomerados sus seguidores, muchos de ellos sin mascarilla de protección y sin respetar el distanciamiento determinado por las autoridades, y a los gritos de «mito» levantó varias veces los brazos para saludar.
«Vamos a caminar con la pandemia, vamos a salir de ésta. Tenemos un excelente equipo de ministros, principalmente el de Salud (el general Eduardo Pazuello), y está todo dándose para que, rápidamente, vamos construyendo el futuro de Brasil», manifestó Bolsonaro en una breve declaración y con la mascarilla abajo para hablar.